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¿Qué es la Espondilitis?

La espondilitis es un tipo de artritis inflamatoria que afecta a la espina dorsal o la columna. Provoca dolores y rigidez de espalda. La espondilitis normalmente afecta a hombres entre los 20 y los 30 años, aunque puede afectar a mujeres y otros grupos de edades. Los casos de espondilitis han aumentado lentamente a lo largo de los años. Esto puede atribuirse a un incremento de los estilos de vida sedentarios y las horas que pasamos encorvados en posturas incorrectas delante de la pantalla del ordenador.

Síntomas

Los indicios tempranos más comunes de la espondilitis son un dolor y rigidez constante en la baja espalda, las nalgas y la cadera y que duran más de tres meses. La capacidad del paciente de realizar actividades rutinarias empieza a disminuir. La espondilitis es una enfermedad sistemática, lo que significa que puede que los síntomas no se limiten a las articulaciones. Los pacientes pueden tener también fiebre, fatiga y pérdida del apetito. Una cuarta parte de los pacientes con espondilitis tienen inflamación de ojos.

Remedios

Hasta ahora, no se conoce ninguna cura para la espondilitis. Sin embargo, puede probar estos remedios caseros para conseguir un poco de alivio del dolor y el sufrimiento asociados con esta enfermedad.

• Terapia de Masajes: Los masajes terapéuticos son una herramienta muy útil para conseguir alivio del dolor y reducir el estrés. Proporcionan un alivio temporal del dolor y la rigidez y pueden mejorar la flexibilidad gracias al incremento de la circulación de sangre.
  

• Adquiera Una Silla Adecuada: La silla ideal tanto en casa como en el trabajo debe tener un asiento firme y un respaldo recto que se extienda hasta la cabeza. Una silla con brazos también le ayudará a disminuir el peso sobre la espina dorsal. La silla debe ser de una altura que le permita mantener un ángulo recto en las articulaciones de la rodilla y de la cadera. Haga lo que haga, evite las sillas bajas y blandas y los sofás, ya que estimulan las malas posturas y aumentan el dolor.
  

• Cambie Su Cama: La cama ideal debe ser firme, sin arquearse, pero no muy duro. Intente usar el menor número de almohadas posible, preferiblemente sólo una. . Si decide comprar una nueva cama no tiene porqué ser la más cara. Debe elegir un colchón ordinario con muelles dentro y unos bordes firmes. Si es posible, túmbese sobre el colchón durante 20 minutos antes de comprarlo para ver si es cómodo.

• Compruebe su Postura: La posición que adopta cuando se mueve afecta a la posición de su espina dorsal. Una mala postura puede ser perjudicial para la postura definitiva de su espina dorsal. Intente mantener una postura erecta con los hombros confortablemente hacia atrás.

• Caliente y Frío: El calor ayuda a aliviar el dolor y la rigidez. Un baño o ducha caliente a primera hora de la mañana o antes de ir a dormir reduce el dolor y la rigidez, especialmente si se hace ejercicios de estiramiento al menos tiempo. También puede ser útil usar botellas de agua caliente o mantas eléctricas en la cama. Si tiene una zona particularmente inflamada, puede que le ayude usar una bolsa de hielo.

• Dieta: Coma una dieta nutritiva con alto contenido en proteínas. Coma frutas y vegetales para obtener vitaminas y beba leche para el calcio. También puede probar bebiendo dos cucharadas de zumo de patata antes de las comidas. Cuando sienta ganas de picar, mastique cinco o seis nueces.
  

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