La hemorragia en el cerebro se refiere a un derrame de sangre en el cerebro, entre las membranas que recubren el cerebro, o entre el cráneo y la cubierta del cerebro. Las hemorragias cerebrales también se conocen como hemorragias intracraneales, hemorragias cerebrales o hemorragias intracerebrales. Una hemorragia cerebral es un tipo de accidente cerebro-vascular provocado cuando los vasos sanguíneos explotan resultando en sangrado localizado en el cerebro. La fuga de sangre mata las células cerebrales que rodean el área y el paciente se enferma críticamente. Las hemorragias cerebrales requieren de atención médica inmediata o pueden ser fatales.
Con base en el lugar de la hemorragia, la cantidad de tejido afectado por la hemorragia y su gravedad, los síntomas de la hemorragia cerebral pueden variar de una persona a persona a otra. En algunos casos, los síntomas pueden ser evidentes sólo con el tiempo, mientras que en otros casos, pueden aparecer repentinamente. Los síntomas de hemorragia cerebral también pueden empeorar en intensidad con el transcurso del tiempo. Si usted experimenta alguno de los siguientes síntomas, llame a su teléfono de emergencias (en EE.UU. al 911) o vaya al hospital de urgencias de inmediato ya que una hemorragia cerebral es una afección potencialmente mortal que requiere atención médica inmediata:
Algunas personas se clasifican en la categoría de alto riesgo respecto a las hemorragias cerebrales, como los que padecen de presión arterial alta, los que son de edad avanzada, y los que tienen vasos sanguíneos débiles. Hay otras causas de hemorragia cerebral como:
Los tumores en el cerebro
Con el fin de determinar qué parte del cerebro se ve afectada por el sangrado, su médico realizará una serie de pruebas especializadas. Estas incluyen pruebas de imagen como una tomografía computarizada o una resonancia magnética. Un examen de la vista, examen neurológico, pruebas de sangre y una punción lumbar también puede realizarse para revelar la magnitud de la hemorragia interna y la gravedad de la afección.
El tratamiento de una hemorragia cerebral dependerá de su causa, la magnitud de los daños causados por la hemorragia y el tejido dañado, así como su localización. Si la inflamación es severa, puede ser necesaria una intervención quirúrgica inmediata. También puede tratarse con medicamentos y reducir los síntomas. Estos pueden ser analgésicos, diuréticos y corticosteroides para el manejo de la inflamación y los medicamentos anticonvulsivos para prevenir ataques posteriores. O también podrían administrarse fluidos intravenosos, si es necesario. Otros tratamientos para la hemorragia cerebral incluyen radiología intervencionista, radiología de diagnóstico y las técnicas microquirúrgicas.
La magnitud de la hemorragia y la extensión de la inflamación ayudarán a los médicos a establecer el curso del tratamiento, las posibilidades de recuperación o los impedimentos para completar el diagnóstico y la recuperación en su caso. Algunos pacientes pueden recuperarse completamente, especialmente si los síntomas se reconocen oportunamente y la atención médica es inmediata. Las hemorragias cerebrales también pueden dar lugar a complicaciones como la pérdida de funciones cerebrales, infartos o parálisis. También puede haber efectos secundarios de la cirugía y los medicamentos prescritos. No importa lo rápido que se efectúe el tratamiento, usted debe considerar que existe un alto riesgo de víctimas mortales cuando se trata de una hemorragia cerebral.
La recuperación de una hemorragia cerebral depende de varios y diferentes factores como la rapidez con la que se identificó la hemorragia cerebral. Los síntomas, como náuseas, vómitos o dolores de cabeza generalmente se toman a la ligera, porque lo común que son. Desafortunadamente, cuando estos síntomas se desarrollan a causa de una hemorragia, ignorarlos resultaría en retraso en el tratamiento que puede resultar caro, no importa lo insignificante que sea el retraso. Una vez que la hemorragia cerebral se ha identificado correctamente, el médico o el cirujano administrarán el tratamiento médico o quirúrgico. Si la cirugía es exitosa y estabiliza la condición, puede ser necesario que el paciente se someta a diferentes tipos de tratamiento para ayudar en la curación y recuperación. El tiempo de recuperación de una hemorragia cerebral puede tomar entre unas pocas semanas o meses o incluso años en algunos casos. Las visitas frecuentes de seguimiento y la revisión médica pasan a formar parte de la vida del paciente en recuperación de una hemorragia cerebral.
Las consecuencias de una hemorragia cerebral pueden ser temporales o permanentes. Los pacientes pueden sufrir la pérdida de movimiento o de coordinación, debilidad física causada por la discapacidad física, pérdida de tono muscular, del habla, cambios de personalidad, depresión, cambios de humor, agresividad, apatía, pérdida de memoria, incapacidad para el trabajo y el aislamiento social.
Es importante cambiar su dieta y hábitos alimentarios para ayudar en el proceso de recuperación después de una hemorragia cerebral, así como para evitar que se produzcan nuevamente.
Las personas que sufren de presión arterial alta, diabetes y obesidad están más propensas a padecer de hemorragias cerebrales y accidentes cerebrovasculares. Para mantener estas enfermedades bajo control, es necesario hacer algunos cambios básicos en su dieta, como:
Puede reducir el riesgo de una hemorragia cerebral mediante lo siguiente: