La anemia es un trastorno sanguíneo muy común y está relacionado con los niveles sanguíneos de hemoglobina. Es importante entender el papel exacto de la hemoglobina para entender completamente este problema. La sangre que circula por nuestros cuerpos contiene glóbulos rojos. Estos glóbulos rojos contienen moléculas de hemoglobina que se combinan con oxígeno para transportarse a los diversos órganos y tejidos del cuerpo. Si sus glóbulos rojos no tienen suficiente hemoglobina, no pueden trasportar las cantidades necesarias de oxígeno al resto del cuerpo. A medida que su cuerpo queda privado del oxígeno que precisa, usted se vuelve apático y sus fuerzas disminuyen. Hay varios tipos de anemia basados en la causa del problema y por tanto es fundamental un diagnóstico concreto. La anemia puede agravar males existentes o puede aumentar los riesgos de sucumbir a una variedad de enfermedades. La anemia generalmente puede tratarse y prevenirse mediante cambios en la dieta.
La mayoría de personas que experimentan síntomas de la anemia simplemente los atribuyen a la fatiga cotidiana normal y no le dan más vueltas. A medida que la deficiencia se vuelve más grave, el individuo puede experimentar una sensación de pérdida de fuerzas y mareo, inercia, y su capacidad de concentración y enfoque se verá afectada. Con el posterior desarrollo de este problema, el cuerpo se verá forzado a aumentar la producción cardiaca para cubrir las necesidades de oxígeno del cuerpo. Esto puede provocar palpitaciones y síntomas leves de un ataque cardíaco y claudicación de las piernas. Algunos individuos pueden experimentar disnea -falta de aire no habitual. A veces hay señales claras de anemia como ictericia, deformidades óseas, o úlceras en las piernas. Los síntomas de la anemia en mujeres pueden ser más obvios si se comparan con los síntomas de la anemia en hombres.
Quienes sienten cansancio sin hacer esfuerzo tienen una complexión más pálida, se quedan sin aire, tienen pérdida de pelo evidente, o un aumento o empeoramiento de problemas cardíacos existentes deben consultar con un médico para saber si son anémicos. Tenga en cuenta que en anemia crónica, que es duradera, a veces el cuerpo se ajusta a los niveles inferiores de oxígeno, en cuyo caso los individuos no perciben ninguna diferencia. Los síntomas de la anemia no están limitados sólo a la anemia, pero es más seguro y más prudente estudiar los síntomas detalladamente. Estos síntomas pueden incluir los listados a continuación.
Otras formas de anemia pueden tener síntomas diferentes como:
El desarrollo neurológico deficiente en niños puede conllevar anemia crónica. Los niños con anemia a menudeo muestran resultados académicos pobres e incapacidad para concentrarse incluso durante periodos cortos. En raros casos, el individuo puede experimentar hinchazones en las piernas, acidez, sudores inusuales, vómitos, y a veces sangre en las heces. Estos síntomas tienden a ser más comunes en las mujeres que en los hombres. La anemia grave puede provocar un ritmo cardíaco acelerado que indica una circulación hiperactiva, un soplo, o incluso un agrandamiento del corazón. Pica es el consumo de materiales no comestibles inusuales como pelo, hierba, papel, tiza y láminas de pintura de pared. Este problema es más común en niños y puede ser un indicador de deficiencia de hierro, aunque se sabe que se da en personas que tienen niveles habituales de hemoglobina en la sangre.
Muchas partes diferentes del cuerpo generan glóbulos rojos, pero la mayor parte del trabajo se hace en la médula ósea, que es el tejido blando en el hueco de los huesos grandes. Los glóbulos rojos sanos duran entre noventa y ciento veinte días y después se eliminan del cuerpo como residuos mientras la médula ósea fabrica los glóbulos rojos sustitutos. La hemoglobina es la proteína que transporta el oxígeno de los glóbulos rojos a diferentes partes del cuerpo, y que da el color rojo a los glóbulos rojos. Las personas con anemia tienen menos hemoglobina en la sangre y esto se puede detectar por su complexión pálida inusual. Se cree que la anemia está causada por uno o más de los siguientes factores:
Tras considerar las causas individuales, puede resumirse que las tres razones principales de la anemia son:
La anemia tiene muchas causas prevenibles, pero también puede tener causas como trastornos sanguíneos hereditarios que no pueden prevenirse. Sin embargo, las causas más comunes de la anemia incluyen deficiencias nutricionales como falta de vitaminas o hierro, y la ingesta de drogas o toxinas. Una dieta saludable es una fuerte medida preventiva y las revisiones constantes le mantendrán al día y consciente de su estado de salud.
Las pruebas sanguíneas son necesarias para confirmar los diagnósticos de anemia. Estas pruebas pueden determinar los niveles de vitamina B12, vitaminas y minerales, y de ácido fólico en la sangre. También pueden detectar el recuento de glóbulos rojos y el nivel de hemoglobina así como el nivel sanguíneo de hierro. Para identificar otros problemas médicos que puedan ser la causa de la anemia hay otras pruebas que quizá sean necesarias. Cuando se consideran las numerosas causas, los incontables tipos de anemia y los innumerables tratamientos para la misma, uno se percata de la complejidad de este problema. Sin embargo, hay ciertos remedios caseros para la anemia que pueden ser invaluables en el tratamiento de este problema. Estos son los remedios caseros más efectivos contra la anemia:
Además de estos remedios caseros, su doctor puede recomendarle suplementos de hierro junto con vitamina B12, ácido fólico o pastillas multivitamínicas. Dado que la vitamina C es un catalizador en la ingesta de hierro del cuerpo, la ingesta oral de suplementos de hierro debería ir acompañada con zumo de naranja para un beneficio máximo. Tenga presente que este problema puede volverse extremadamente grave si no se atiende y por tanto es importante que hable con su médico sobre las opciones de tratamiento. Una transfusión sanguínea puede ser fundamental en casos de pérdida de sangre continua, o cuando la incidencia de la anemia es grave.
Una dieta sensata y bien equilibrada es una de las necesidades principales cuando se trata una anemia. La dieta de una persona anémica debe tratar la causa del problema así como promover una salud y bienestar generales. Estos son algunos de los alimentos que deberían estar presentes en una dieta para la anemia:
Los alimentos ricos en hierro juegan un papel crucial en el tratamiento de la anemia, por lo que el hígado y las ostras, la remolacha de hoja verde, los copos de maíz, el arroz colorado, las lentejas, las uvas pasas y las pasas son fundamentales debido a su alto contenido de hierro. Si consume dos o tres manzanas al día, está en el buen camino para recuperarse rápidamente de la anemia dado que las manzanas son ricas en hierro. Las proteínas animales y la carne de órganos como el hígado y el riñón tienen un alto contenido en vitamina B12 y son buenos para tratar la anemia. El hierro es necesario para generar hemoglobina, y el hierro de las carnes se absorbe más fácilmente en comparación con el hierro de otros alimentos. La falta de vitamina B puede causar un tipo de anemia llamado anemia perniciosa. El ácido fólico es una forma de vitamina B que se encuentra en los alimentos. El cuerpo necesita ácido fólico para generar nuevas células. También es fundamental para las mujeres embarazadas, ya que les permite evitar la anemia y salvaguarda la salud del bebé. La vitamina C es una gran ayuda para que el cuerpo absorba el hierro. Las verduras como los pimentones y las frutas (especialmente las frutas cítricas) son buenas fuentes de vitamina C.
Los suplementos de hierro pueden causar problemas digestivos temporales como diarrea, estreñimiento y acidez. Mantenga a su médico informado de cualquier efecto secundario de sus suplementos o del medicamento de tratamiento de la anemia para que puedan realizarse los cambios necesarios. No debe aumentar o reducir la dosis de su medicamento bajo ninguna circunstancia sin consultar previamente con su médico.