El cuerpo humano obtiene una dosis necesaria y suficiente de energía de la glucosa, una forma bien conocida de azúcar. Tras el consumo de glucosa de alimentos ricos en azúcar como las frutas, los productos lácteos y las verduras, la glucosa es absorbida en la sangre a través del tracto digestivo. El azúcar excedente se almacena en los músculos y en el hígado. En caso de que los niveles sanguíneos de glucosa empiecen a caer por el estrés o ejercicio, el hígado libera la glucosa que almacena. Si este fenómeno no eleva los niveles sanguíneos de azúcar, puede conllevar un problema llamado hipoglucemia o bajo nivel sanguíneo de glucosa. En pacientes hipoglucémicos, los niveles sanguíneos de azúcar pueden caer peligrosamente.
Cuando los niveles sanguíneos de glucosa son más bajos de lo saludable, el problema resultante tiene el término médico de hipoglucemia. El bajo nivel sanguíneo de glucosa o hipoglucemia es el resultado de anormalidades en el consumo y metabolismo de carbohidratos por la sangre.
Aunque hay pautas que definen los límites del nivel de suero de glucosa bajo los que el individuo puede ser diagnosticado como paciente de hipoglucemia, varía según el individuo. Los niveles sanguíneos de glucosa de 50-70 mg/dL normalmente se consideran los límites inferiores de niveles sanguíneos de glucosa, mientras que una lectura superior sería normal.
La glucosa es una de las fuentes primarias de energía para el cuerpo. La mayoría de mamíferos derivan la glucosa de los alimentos ricos en carbohidratos como las frutas, verduras y cereales. Es por eso que un déficit de glucosa puede provocar debilidad y dolores de cabeza. La hipoglucemia a menudo se considera un efecto secundario de los medicamentos para la diabetes. El consumo de alimentos o bebidas ricos en azúcares puede proporcionar un alivio temporal. Sin embargo, los sucesos repetidos deben ser tratados médicamente.
Dado que la hipoglucemia está relacionada directamente con los niveles sanguíneos de glucosa, es importante saber y vigilar las señales de los bajos niveles sanguíneos de azúcar. Los síntomas comunes incluyen los siguientes:
La hipoglucemia produce muchos síntomas y efectos diferentes. En condiciones extremas, resulta en un suministro insuficiente de glucosa al cerebro. Esto, a la vez, puede resultar en una disminución del funcionamiento también conocida como neuroglicopenia. Estos constituyen los problemas más graves que ocurren como resultado de la hipoglucemia. La disforia leve y los mareos pueden extenderse a ataques o inconsciencia. En raros casos, también puede conllevar daños cerebrales permanentes o la muerte.
Los síntomas de la hipoglucemia pueden ser diferentes dependiendo de cómo caigan los niveles sanguíneos de glucosa. La hipoglucemia leve puede provocar:
La hipoglucemia moderada a grave, por otro lado, puede causar:
La hipoglucemia a menudo se diagnostica erróneamente por el orden inconsistente de los síntomas y su aparición. Puede que los síntomas no ocurran, quizá sean compensados por otras deficiencias o excedentes y pueden variar según la edad. Además, dado que la gravedad de la hipoglucemia juega un papel importante en la aparición e intensidad de los síntomas, a menudo son engañosos. Los síntomas observados en la misma persona también pueden diferir de un episodio a otro.
Los síntomas hipoglucémicos también pueden ocurrir mientras uno duerme. La transpiración excesiva durante el sueño, las pesadillas y el cansancio al despertarse son síntomas de un episodio hipoglucémico que sucede durante el sueño.
Se sabe que las formas genéricas de la hipoglucemia ocurren como efectos secundarios del tratamiento para la diabetes con medicamentos orales basados en insulina. Aunque sobretodo prevalece entre diabéticos, se sabe que la hipoglucemia también sucede en personas no diabéticas. Las causas comunes son:
El diagnóstico exitoso de la hipoglucemia depende en gran medida de las circunstancias recientes.
Estos incluyen la edad del paciente, el tiempo de ocurrencia, los detalles dietéticos, el historial de medicación del paciente, enfermedades pasadas importantes, el historial familiar y el historial de tratamiento.
Los pacientes hospitalizados o en unidades de cuidados intensivos que no pueden comer pueden padecer hipoglucemia por una variedad de circunstancias. Algunos de ellos podrían estar relacionados con el cuidado de la enfermedad por la que fueron hospitalizados.
Una persona hipoglucémica debe tratarse inmediatamente intentando aumentar su nivel sanguíneo de glucosa. La incapacidad de hacerlo puede conllevar mal funcionamiento de órganos o ataques. Se le puede dar una pequeña cantidad de azúcar a un paciente diabético con bajo nivel sanguíneo de glucosa una vez al día. Una cantidad pequeña no hará daño si su nivel de azúcar ya es alto, pero puede salvar una vida si es bajo.
A continuación hay algunos remedios para tratar rápidamente a un paciente que ha padecido un episodio de hipoglucemia:
Parece obvio que para combatir un bajo nivel sanguíneo de glucosa, la dieta debe contener alimentos ricos en azúcares. Los alimentos con muchos carbohidratos y los productos lácteos son obligados para pacientes hipoglucémicos. Los síntomas de un bajo nivel sanguíneo de azúcar deben remediarse inmediatamente con agua edulcorada o algo parecido. Algunos alimentos deben ser parte de su dieta habitual si experimente episodios recurrentes de bajos niveles sanguíneos de glucosa. Estos incluyen, pero no se limitan, a los siguientes:
Sobre todo, no deben perderse comidas y deben comer en cantidades adecuadas. Una dieta equilibrada indudablemente puede ayudar a mantener los niveles sanguíneos de glucosa. Cuando las comidas saludables van acompañadas de aperitivos periódicos se pueden evitar los bajos niveles sanguíneos de glucosa en casi todos los casos. Un régimen de ejercicio ligero puede asegurar la consistencia metabólica, lo que es muy importante ya que permite que la sangre absorba mejor la glucosa del sistema digestivo. Aunque el ejercicio pesado es un riesgo potencial para la hipoglucemia, los beneficios superan los riesgos cuando se equilibran con comidas pesadas.
Es importante no eliminar los carbohidratos de la dieta. Algunos alimentos ricos en carbohidratos son el arroz, la pasta, los cereales, el pan, las legumbres y las verduras. Los pequeños aperitivos deben darse entre comidas. Debe evitarse los alimentos y bebidas que contienen cafeína ya que producen síntomas similares a los de la hipoglucemia. Cuando se consume alcohol, especialmente con el estómago vacío, puede provocar una caída súbita en los niveles sanguíneos de glucosa y debe evitarse bajo cualquier circunstancia.
La capacidad del cuerpo de consumir, generar y usar la insulina varía con el peso del cuerpo. Esto hace que sea fundamental mantener el peso corporal bajo o cerca del índice de masa corporal óptimo. Un cuerpo más pesado también requiere más energía y por tanto más glucosa en intervalos más frecuentes que uno en el peso óptimo. Esto puede conllevar episodios más intensos de hipoglucemia.
Evitar o ignorar la hipoglucemia leve puede hacer que empeore, causando así inconsciencia, ataques de ansiedad o disforia. Cualquier síntoma debe tratarse inmediatamente. Si es posible, sería bueno mantener a familiares y amigos informados sobre los síntomas y remedios. Todos los cambios dietéticos mencionados en estos artículos son bastante fáciles de seguir y pueden ayudar a evitar efectos graves.
Se debe consultar a un profesional médico igual que con cualquier otro problema o enfermedad si hay casos repetidos tras emplear los métodos de control. Aunque la hipoglucemia es fácil de detectar y prevenir, en algunos casos puede causar daños irreversibles y no debe tomarse a la ligera.